Después
de describir en términos físicos el origen, evolución y estructura presente del
Universo, y el hecho de la vida inteligente anclada en la estructura material
más compleja conocida, es todavía una reacción humana muy lógica el
preguntar "por qué" todo ha ocurrido tal manera y no de otra.
Preguntas METAFÍSICAS han sido planteadas por diversos autores importantes de
varias formas: "¿Por qué existe algo en lugar de Nada?" (J.A.
Wheeler) -"¿Podía Dios haber hecho todo de otra manera?" (Einstein).
"¿Son
la vida y la mente algo central en el Universo?" (J.A. Wheeler).
El
esfuerzo por relacionar la existencia del ser humano (Vida Inteligente) con los
indicadores iniciales del Universo, y con sus características físicas en
general, lleva a formular el llamado "Principio Antrópico". Se basa
en el estudio lógico de las consecuencias que tendría cualquier
modificación de las propiedades del Universo con respecto a la posible existencia
de vida inteligente. Últimamente quiere justificar que el Universo sea como es,
dentro del ilimitado abanico de posibilidades teóricas que deben considerarse a
priori en un Universo que comienza de la NADA, sin previa determinación de
orden físico.
Dado
que no tenemos razón alguna para decir por qué el Universo contiene una
cantidad concreta de masa-energía, ni para explicar los valores de muchas
constantes físicas, resulta tentadora la hipótesis de que esos indicadores son
constreñidos por la condición de que permitan la existencia de vida
inteligente. Para hacerlo más sencillo y entendible al común de la gente: El
Universo existe debido a nuestra existencia pensante. Es decir, que
el mundo es necesariamente como es porque hay seres que se preguntan por qué es
así.

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